Esa frase de Jorge Luis Borges resume bien el sentido que tiene la lectura. Un libro es un mundo. Esa es la manera que tengo de definir lo que significa para mí la lectura. Cada historia me transporta a un lugar nuevo, con personajes que se convierten en personas, y que viven vidas diferentes a la mía, pero con las que quiero compartir viaje.
Decía también Almudena Grandes que si le pagaran por leer, igual no escribiría. Menos mal que tuvimos la suerte de que nadie le ofreciera ese trabajo y siguió regalándonos historias.
Bromas aparte, entiendo que dijera esas palabras; se sienten así. Más allá de la escritura, siempre siempre estará la lectura.
A veces (Casi siempre) a mí también me gusta escribir; aunque si me dieran a elegir, me quedaría, como la gran Almudena, con ser lectora. Mis mundos pueden tener caducidad; pero nunca se acabarán los libros, ni tendré vida para leer todas aquellas historias que quisiera. Es fácil la elección.
Con este dilema, el de los libros, cuántos nos quedan por leer y cuáles nos importan más, se
me ocurrió que Helena Sabater, la protagonista de Cuando la vida te alcance, elegiera unos pocos (tres, quizá cuatro) que la acompañarían en su viaje, en ese periplo que iba a comenzar ella sola.
Si sólo pudieras llevarte cuatro libros, ¿cuáles elegirías tú? Cuéntame, anda.
'Que nadie nos robe la capacidad de imaginar esos mundos. Que nadie nos robe los libros…'
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