“En medio de la tormenta se revelaba que la vanidad del hombre era el verdadero motor de la vida.” Stephen Crane Nebraska. Invierno. Hotel azul. Estación de tren. Con estas pocas palabras Crane construye un cuento desalentador. Hacía tiempo que no sentía con un libro esa inquietud que generan algunas historias. Sabes qué va a pasar, aunque no sabes cómo ni cuándo. ¿Lo intuyes? Tampoco. Pistas, varias; infinitas quizá si pensamos en un cuento de esta extensión. ¿Hace eso que pierdas el interés? Ni un instante. Al contrario, te obliga a leer y leer hasta concluir una historia que sorprende en su final. Cinco personajes configuran toda la trama. Aparecen casi desde el principio. Y empiezas a hacer cábalas. Ningún acierto. Una estufa y una partida de cartas. ¿Ingredientes para un crimen? Dejo a vuestra elección el cómo, que es lo único que falta en esta incógnita, en la que la vanidad del hombre se impone a la humildad. Ser el ganador es lo único que importa. En todo. Las consecuencias, fatales. El miedo y la muerte se instalan en la historia. Poco más se puede decir de este cuento escrito en 1898, dos años antes de la muerte de su autor. Una frase podría resumirlo: “Todo pecado es el resultado de una colaboración”. ¿Habéis leído a este autor? ¿Sois más de cuento o novela? Os leo👇
El hotel azul (Stephen Crane)
Actualizado: 28 mar 2020
Comments