Ayer se hicieron públicos los Finalistas de la XL edición de los Premios de la Crítica Literaria Valenciana. En su página web explican: “Convocados por la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios (CLAVE), los premios se conceden a las mejores obras, a juicio de la crítica literaria valenciana, publicadas durante el año recién finalizado”. Sorpresa fue que entre ellos estaba nuestra querida Helena Sabater. Lo es, sobre todo, porque a su lado hay autoras con largo recorrido, algunas que has leído ya y de las que admiras su prosa. Sorpresa y mucha emoción, eso es lo que sentí al ver que Cuando la vida te alcance estaba ahí, entre esos nombres que os dejo a continuación.
Lirios rojos, lirios negros, de Soledad Beltrán (La Pajarita Roja)
Dicen los síntomas, de Bárbara Blasco (Tusquets)
Columna del miedo, de Eduardo Boix (Eolas)
Con el amor bastaba, de Máximo Huerta (Editorial Planeta)
Cuando la vida te alcance, de Rosa Sanmartín (Nou Editorial)
Las cinco estaciones de Vivaldi, de Emi Zanón (Sargantana)
Si hace seis meses, cuando la publicamos, me hubieran contado el recorrido que haríamos, no lo hubiera creído.
Recuerdo que esta novela surgió de un relato corto, quizá tendría cuatro o cinco páginas, no más. No quería contar tanto; me interesaba un miedo que se me instaló en el cuerpo durante unos segundos y que tenía que contarle a un papel. Lo hice y con eso se quedó. Pero una persona lo leyó y me propuso que lo convirtiera en una novela, aunque sea corta, me dijo. Le contesté que para qué, que era una tontería, que ya me lo había sacado de dentro y que a ver qué más iba a decir de una madre y una hija enfrentadas.
Aún así, como confío ciegamente en esa persona, ahondé un poco más en los miedos y las incertidumbres. La novela iba tomando forma. Sin orden ni control, lo confieso (creo que me salté todas las reglas que les intento transmitir a mis alumnas). Después, un día, pensé que estaría bien incluir un tema que nos toca tan dentro, que acaba con la vida de mujeres, que se silencia, en muchas ocasiones. Necesitaba dar voz a esas mujeres. Y tuve la suerte de que alguien me regalara una historia de angustia, de dolor, de ruptura de la confianza, de lo que una persona es capaz de hacer y decir, y de lo que otra puede llegar a sentir ante esas palabras.
Esta novela no es solo una historia de maltrato psicológico, aunque también; esta novela es “de personajes”, como la han definido muchas veces; de historias de gentes que un día llegan y, después, pasado el tiempo, se van. Eso era lo que quería, que mis protagonistas llegaran, contaran su historia y se fueran. También que un ser de cuatro patas, mestiza y de color negro, acompañara a una de sus protagonistas, Helena Sabater. Las dos, a su manera, se quedaron solas y, poco a poco, aprendieron a compartir su soledad y su compañía. Esa Tara fue una parte muy importante en Helena, que encontró un ser con el que dejar salir sus emociones.
Lo cierto es que todos estos protagonistas se han quedado aquí, conmigo, con vosotras. Ellos siguen llegando y siguen creciendo con cada persona que se acerca a ellos. Creo que cada vez les entiendo más, porque los lectores habéis hecho que les comprenda más, que les quiera, que sigan conmigo y no se marchen.
Y no me cansaré de decir que si esta historia está aquí, en estos Premios y en vuestras casas, es porque Nou Editorial (las personas que se esconden detrás) confió un día en mí y en esta novela.
Si queréis conocer más sobre esta novela (o un poquito más sobre mí) podéis leer la entrevista que me hicieron hace unos meses:
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