La ambientación de una novela es una de las partes más importantes de la escritura. Implica crear un entorno rico y creíble donde se desarrollen los personajes y la trama. Puedes describir los lugares con detalle, pero intenta incluir elementos sensoriales como sonidos, olores y texturas. Además, considera la época histórica, la cultura, el clima y otros factores que influyan en el mundo de tu historia. También puedes utilizar diálogos, acciones y pensamientos de los personajes para profundizar en la ambientación y así evitas largas descripciones.
Piensa que dotar a un espacio de olores y sonidos puede añadir una capa de profundidad en tu historia. No es lo mismo decir que tu protagonista entró en la panadería, que escucharle decir cómo huele ese lugar, o el calor que se respira dentro en contraste con el frío de la calle. Piensa cuántos recuerdos te trae el olor a tierra mojada, el azahar o, por buscar algo más desagradable, el tufo que desprenden las alcantarillas en los días de calor. ¿A que puedes sentirlo?
Los sonidos también aportan riqueza y veracidad a tu historia, el crujido de las hojas secas (sí, ya sé que es una imagen muy utilizada, pero me entiendes, ¿verdad?) o el murmullo de un mercado dan vida al escenario y generan una atmósfera única.
Utiliza siempre estos elementos para sumergir a las personas que te leen en la experiencia sensorial de tu historia.
Te dejo por aquí algunos aspectos que puedes tener en cuenta a la hora de ambientar tu novela (tu relato o ese diario al que tanto cariño tienes):
— Observa el mundo que quieres retratar y presta atención a los detalles, a los sonidos y aromas que te rodean en situaciones cotidianas y utiliza esas observaciones para enriquecer tus descripciones.
— Utiliza los cinco sentidos para crear una experiencia sensorial completa.
— Describe los sonidos y fragancias de manera precisa y concreta. En lugar de decir "olía a comida", puedes decir "olía a especias y carne asada". No hay mucha diferencia, ¿o sí?
— Los sonidos y las fragancias pueden influir en el estado de ánimo y la atmósfera de una escena. Utilízalos para reflejar el ambiente emocional o para crear contrastes entre personajes. Piensa en esos escenarios de película donde la habitación está destrozada, o donde la ropa y la suciedad pueden percibirse solo con un pequeño vistazo, la cama está por hacer y la ropa en el suelo. Pues esta imagen es evocadora y contrastaría con una habitación donde todo estuviese en orden, el armario entreabierto para que pudieras observar la ropa colocada por colores o texturas.
— Evoca emociones y recuerdos: los sonidos y las fragancias pueden evocar emociones y recuerdos en los protagonistas y también en los lectores. Úsalos estratégicamente para profundizar en la caracterización y en la conexión emocional con la historia.
— Evita, eso sí, las descripciones forzadas. Integra sonidos, texturas y olores de forma natural en la narrativa a través de acciones, diálogo o pensamientos de los personajes.
Como puedes comprobar hay una relación entre la ambientación y los personajes en una novela. La forma en que los protagonistas interactúan con su entorno puede revelar aspectos de su personalidad, motivaciones y conflictos internos que ayudarán a quienes leen a entrar en tu historia.
¡¡Así que no olvides ambientar tu novela!!
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